Un blog en castellano con críticas, siempre benevolentes, a la realidad española, a lo que se ve por la tele, a como se vive, escribe y piensa en España

jueves, 16 de julio de 2009

Una tragedia anunciada

Si la muerte del pequeño Ryan ha sido debida a un “terrorífico error”, según las palabras del propio Director del Hospital Gregorio Marañon de Madrid, ¿a caso la muerte de su madre, Dalila, de tan solo 19 años, no se debió a una cadena de trágicos errores médicos?

Veamos la cronología de los hechos (de la edición digital de “El País” del día 14 de julio):
- 10 de junio. Dalila empieza a padecer fiebre y dolores de cabeza, en las articulaciones, en la garganta al tragar y en la espalda.
- 11 de junio. Acude a urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Se le diagnostica una infección de vías respiratorias altas y dolor de espalda en relación con su embarazo. Se le prescribe un tratamiento.
- 13 de junio. Su estado no mejora. Acude con 39,5 grados de fiebre a urgencias del Hospital de Fuenlabrada (Madrid). Estaba pasando allí el fin de semana en casa de unos familiares. Se confirma el anterior diagnóstico.
- 15 de junio. Dalila se presenta en las urgencias del hospital Gregorio Marañón con los mismos síntomas y fiebre de 38,5 grados. Se le diagnostica asma e infección respiratoria. Se le prescribe un tratamiento y se le da el alta. Horas después vuelve e ingresa en urgencias. Tiene dificultades para respirar. Pasan las horas y sigue empeorando. Ingresa en la UCI. Se le diagnostica neumonía bacteriana. Se amplía el tratamiento antibiótico.
El día 17, Dalila muere.
¿Porque se tarda tres días para ingresarla? ¿Porque no se la pone en observación, como a las decenas más de “casos sospechosos” que hay en el país? ¿Hasta que punto ha sido pura y simple fatalidad? ¿Hubiera pasado lo mismo si Dalila, en vez de ser marroquí, hubiera sido española?
Mucho me temo que estas preguntas no tendrán respuestas

2 comentarios:

  1. En mi opinión es evidente que en las sociedades europeas actuales, salvo rarísimas excepciones, y sin miedo a generalizar, me atrevo a decir que sí que hay clases y clases de ciudadanos. Este es un ejemplo más de ello. Si Dalila hubiera sido española no habría muerto, al menos, no de ese modo. Sí que hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Es una realidad evidente, y muy dolorosa.

    Enhorabuena por el blog Criticón.
    El nuevo formato me gusta mucho, es cómoda la lectura y más fácil la búsqueda de artículos.
    Enrico M. Rende

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  2. Gracias por los cumplidos, y sigue siguindome

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