
"Tenemos que decirle a nuestros hijos: sí, si eres afroamericano, las posibilidades de crecer entre la delincuencia y las bandas son mayores; sí, si vives en un barrio pobre, te enfrentarás a dificultades que algunos en los barrios residenciales ricos no tienen que sortear. Pero eso no son razones para tener malas notas, eso no son razones para faltar a clase o para abandonar los estudios. ¡Basta de excusas! Nadie ha escrito tu destino por ti. Tu destino está en tus manos. ¡No hay excusas! No todos vuestros hijos pueden aspirar a ser un LeBron (una star del basket) o Lil Wayne (un rapero). Quiero que aspiren a ser científicos e ingenieros, doctores y maestros, no sólo jugadores de baloncesto o raperos. Quiero que aspiren a ser jueces del Tribunal Supremo o presidentes de Estados Unidos” (“El País”, “Il Corriere Della Sera”, 18/07/2009)
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