Lo que la mayoría no sabe es que este espectacular salto de agua no es natural: de echo, originariamente el río Velino, debido a la presencia de grandes formaciones calcáreas y a la ausencia de un lecho adecuado en el que descurrir, había formado una malsana marisma, peligrosa para la salud de los habitantes de aquel paraje. En el 271 a.C., el Cónsul Romano Marco Curio Dentato hizo construir un canal (el Cavo Curiano) que drenaba el agua de la marisma hacia el salto natural de Mármore, de donde el agua se precipitaba, con un salto de 165 metros, directamente en el río Nera, afluente del Tiber.
Esta obra de ingeniería, que quizás es el primer ejemplo histórico de saneamiento de marismas, se queda, junto a las calzadas romanas que sobreviven hoy en día, a los acueductos y al Vallo Adriano, entre las mayores obras de la que fue (y, para mi, sigue siendo) Caput Mundi.
Y vuelve a la memoria la escena de la película “La vida de Brian” en la que uno de los conspiradores independentistas hebreos pregunta: “Pero, ¿qué nos han dado estos romanos?”
Io ci sono stata alle cascate delle Marmore, e devo dire che è uno spettacolo fantastico, maestose,è la forza della natura,meravigliose, consiglio a tutti di andare a visitarle, non vi pentirete, bravo Aldo complimenti, per la narrazione, ciao a presto
ResponderEliminarChe che ne dicano e ne vogliano dire, i romani erano 'n'altra cosa!!
ResponderEliminarVale
Enrico M. Rende