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jueves, 22 de octubre de 2009

GUERRA ENTRE IGLESIAS


La guerra encubierta entre la Iglesia Católica Apostólica Romana y la Iglesia Anglicana pera aumentar sus respectivos feligreses (y consiguientes ingresos económicos y poder), que comenzó en el siglo XIX, sale hoy a la luz de los medias. Por una parte, el Papa de Roma publica una "Constitución" con la que se acogen a los sacerdotes anglicanos en el seno de la Iglesia Católica, creando diócesis "ad hoc" y aceptando incluso sacerdotes casados. Por la otra, el obispo diocesano de la Iglesia Española Reformada Episcopal (Comunión Anglicana), Mons. Carlos López Lozano, emite un comunicado de prensa en el cual afirma que todo esto es solo un intento de Roma de aprovechar la situación de debate interno entre las varias Iglesias Anglicanas sobre el tema de la ordenación de las mujeres y la abertura hacia los homosexuales para atraer a los sacerdotes anglicanos más estrechos a las filas católicas. Sin embargo, afirma Mons. López, el número de sacerdotes católicos que pasan a las filas anglicanas es mayor que lo de quienes eligen el camino inverso.Yo no tengo datos atendibles para corroborar las afirmaciones de Mons. López. Pero es cierto que los escollos de la "conversión", en un sentido o en el inverso, tienen que ser duros de superar para los convertidos.Recordemos que los puntos de diferencia insuperables entre los dos "credo" son substancialmente dos:- es muy probable que los católicos nunca admitirán la idea de mujeres sacerdotisas (ahora, los anglicanos están hasta considerando la posibilidad de consagrar obispo a una mujer), debido al secular antifeminismo de la Iglesia de Roma (recordemos que un Padre de la Iglesia llegó a afirmar que la mujer non tiene ánima).- por la otra parte, es poco probable que la Iglesia Anglicana llegue a aceptare la transustanciación (la presencia de Cristo en carne y sangre en la forma consagrada), dogma basilar para la doctrina católica.En un mundo siempre más indiferente a la religión, sea cual sea su color, esta lucha demuestra, una vez más, que los dos verdaderos Dioses che respetan las religiones cristianas son el poder y el vil dinero




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