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jueves, 30 de julio de 2009

La sharía es nuevamente noticia


Karl Marx dijo que “la religión es el opio de los pueblos”. Esto, en el siglo XIX. Sin embargo, todavía hoy, en el siglo XXI, hay alguien tan obcecado por su religión como para no entender de libertad, democracia, derechos civiles y las demás conquistas sociales que nos ha llevado la civilización.

En la edición digital de “El País” de ayer, miércoles 29, encontramos estas noticias:
“Las fuerzas de seguridad nigerianas han liberado unas 200 mujeres y niños durante una operación lanzada contra la secta islamista radical Boko Haram (literalmente: "la instrucción está prohibida") -que pretende una más amplia aplicación de la sharia en Nigeria- responsable de las violencias que han causado más de 300 muertos en el país africano desde el pasado domingo.
Los miembros de la secta consideran que sus mujeres no tienen que ser vistas por otros hombres, y que sus hijos no tienen que recibir otra educación que la coránica.
53 seguidores de la secta fueron detenidos en el oeste del país. Los seguidores de Mohamed Yusuf, líder de la secta radical, han desde entonces atacado iglesias, comisarías e inmuebles gubernamentales con machetes, cuchillos y pistolas, especialmente en los cuatro Estados del norte del país, mayoritariamente musulmana”.


Abría que preguntarse “¿pero en que mundo vive, esta gente?”. Increíble e desafortunadamente, la respuesta sería “¡en el mismo que nosotros!”.

Y no me vengan que también en occidente hay gente obcecada por la religión, se ella cristiana o judía: no llegamos a los excesos de los islamistas (que no islámicos). Pero, si hasta los motivos que estaban detrás del terrorismo del IRA eran más económicos que religiosos: en Irlanda toda la riqueza estaba en manos protestantes, los católico siendo, de hecho, “ciudadanos de serie B”.

A mí, cuando leo noticias como la que estamos comentando, se me remueve algo dentro, y clamo para el genocidio (que Dios me perdone, si puede).

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